Hacer una etiqueta personalizada para la cerveza

Aunque aparentemente parezca algo sencillo hacer una etiqueta personalizada para la cerveza, ha sido lo último que he podido hacer y tiene cierta complicación. En primer lugar, la etiqueta debe contener cierta información obligatoria de la que no tenía ni idea. En segundo lugar, hasta no saber la receta de la cerveza, era imposible calcular la graduación. Y por último, de lo más relevante, tenía que conocer las medidas requeridas por la embotelladora de la fábrica.

Y después de estas tres cosas, y alguna cosilla adicional menos relevante, había que encontrar dónde hacerlas y los requerimientos técnicos que debía de cumplir. Y con estos ingredientes ya tenéis otra historia de abuelo como el artículo de la semana pasada. Porque creedme si os digo que hacer una etiqueta personalizada para la cerveza se las trae.

En esto de la etiqueta personalizada para la cerveza creía que iba a tener más suerte. La familia de un amigo mío tenía una empresa de impresión de etiquetas. Dedicada al vino, de hecho son de La Rioja, pero estaba seguro que me iban a poder ayudar. Cuando hablé por teléfono con él ya me advirtió de los problemas de suministro de materias, entiendo que fundamentalmente papel. Todavía no tenía donde hacer la cerveza, pero la conversación con un experto me sirvió para saber un poco más. Su idea era hacerla en imprenta digital debido a la poca tirada que significaba, 1.600 etiquetas.

Después de que pasaran algo más de tres meses desde esa primera conversación conseguí cerrar el acuerdo para elaborar la cerveza con Click&Brew. Ellos me dieron las especificaciones que debía tener la etiqueta y a partir de ese momento tenía que hacerla. En primer lugar el diseño. Me fui a Fiverr y ahí tiré del diseñador venezolano que me hizo el mockup de la etiqueta con el logotipo que había creado.

Con todas las indicaciones empezó a trabajar. La más llamativa es el tamaño de la etiqueta. Y aquí me detendré un poco. Las cervezas comerciales suelen contar con tres etiquetas, una frontal, otra trasera y una última, menos frecuente, en el cuello. En las cervezas artesanales es más frecuente, por ahorrar en costes y porque la maquinaria de etiquetado es más sencilla, ver una única etiqueta que recubre horizontalmente el cuerpo de la botella. La medida de la botella que me dió la fábrica fueron 185mm de ancho x 85 mm de alto.

Tuve que confirmarlo con la insistencia del diseñador, pero al final ese era el tamaño máximo. Podría haberla hecho más pequeña, pero ahora veremos toda la información que hay que incluir en la etiqueta. Y toda esta información es obligatoria. No es válido no incluir alguna de ellas.

Pedro, el diseñador de Fiverr, tuvo la paciencia del mundo y me ayudó muchísimo. Como me llegó a trasladar en una ocasión, le interesaba muchísimo hacer este proyecto y ver la etiqueta impresa en una verdadera cerveza. Dudo que pueda enviarle una cerveza a su país, pero sería de justicia.

En una semana tuve la etiqueta diseñada en toda regla. Ahora quedaba lo aparentemente más fácil, imprimirla. Pues no tenía todas conmigo. En primer lugar la máquina de etiquetado de la fábrica tenía su requerimientos. Todo fue tan escueto como un documento pdf con las siguientes indicaciones del fabricante de la máquina de etiquetado. A pesar de mis dudas por nunca haber hecho algo igual, es cierto que toda la información estaba allí. Además, este documento lo compartiría con la imprenta del hermano de mi amigo y si hubiera alguna dura lo solucionaríamos con la fábrica.

Con el diseño de la etiqueta y los requerimientos técnicos ya podía contactar con el hermano de mi amigo que en su momento me habló de un coste aproximado de 250 euros. Lamentándolo mucho todavía sigo esperando una respuesta a alguno de los correos que le mandé. Yo sabía que era un compromiso para él, porque sabía que su fábrica hacía grandes tiradas, pero se lo dejé claro en el correo con la siguiente frase «También me gustaría transmitirte que si no lo ves claro, dímelo con total confianza». Pues no me respondió. No perdí el tiempo en llamarle o mandarle un whatsapp porque yo sabía a ciencia cierta que esto era un marrón para él en toda regla.

¿Qué me quedaba ahora? Pues como siempre he resuelto estos temas. Ir a buscar a Google. Encontré dos buenas opciones que a continuación os contaré. Empezaré por aquella con la que finalmente no hice el trabajo pero que me parece interesante para siguientes ocasiones. Están en Zaragoza, que creo que es un punto a su favor. Se llaman ImprentaOnline.net y hacen un montón de trabajos de imprenta.

El 1 de junio les envié un correo con el diseño de la etiqueta y los requerimiento técnicos. Al día siguiente me preguntaron si llevaba estampación en dorado. Yo les contesté en el día que no era necesario y si se podía imprimir en color oro. Me dijeron que el color oro no se puede imprimir y les pedí si se podía sustituir en amarillo. Mientras tanto en Fiverr, le pedí a mi diseñador de confianza que me pasará a etiqueta a amarillo. Esto fue el 3 de junio.

El día 8 de junio no había tenido respuesta, y le envié recordatorio por email. Tampoco contestó y el viernes 10 de junio llamé por teléfono. Me atendió una persona que me dijo que mejor por correo a lo que respondí que en una semana no había obtenido respuesta al correo. Me comentó que le dejaría aviso y el lunes 13 de julio me mandaron el presupuesto de impresión de 2.000 etiquetas ¡con estampación dorada y barniz protector! En total 435 euros más IVA. Me iba a costar más el collar que el galgo…

Le pedí si podía darme precio sin estampación y sustituyendo el dorado por amarillo. En el mismo día obtuve respuesta. El coste bajaba a 251 €. Esto ya era otra cosa. Lamentablemente, a pesar que esta era mi primera opción, la falta de respuesta en una semana provocó que mirará una opción que había localizado en la búsqueda en Google, pero que había relegado en mi preferencia al estar en Países Bajos. Al final tuve el impulso de verlo con ellos. Se llaman Zolemba BV y solo hacen etiquetas. Su página tiene dominio .es (entiendo que en otros países el dominio de cada uno) y la web está en castellano.

El día 11 de junio, sábado después de que llamara por teléfono y viera una atención deficiente, accedí de nuevo a esta página donde ya había emulado el pedido en ocasiones anteriores sin haber consumado. Y volví a hacer la configuración de las etiquetas. Es realmente intuitiva y fácil de usar. Además, sirve para entender los números del gráfico de requerimientos que me mandaron desde la fábrica.

En el paso 1, Seleccionamos el tamaño de la etiqueta en milímetros, en este caso 185 x 85, como habíamos comentado anteriormente.

En el paso 2, especificamos la cantidad y el número de modelos. En nuestro caso, 2.000 piezas y un único modelo.

En el paso 3, tenemos que determinar la forma de la etiqueta. Nosotros elegiremos rectangular.

En el paso 4 se complica la cosa. Se trata de elegir el material de la equiqueta. Tienes un montón de opciones. No nos complicamos la vida y seleccionamos el Papel Blanco, eso sí, con el sello de Forest Stewardship Council (FSC), que promueve la gestión forestal responsable y sostenible.

En el paso 5 seleccionamos el tipo de adhesivo. Hemos seleccionado Permanente. Creo que puede ser bueno porque ya tengo varias personas que me han dicho que quieren conservar la botella.

En el paso 6 tenemos el diámetro de núcleo, es decir, el diámetro del interior de la bobina. Nos recomiendan el diámetro de 76 mm, que coincide con la medida del diámetro del núcleo del gráfico de las especificaciones de la máquina de etiquetado que me mandó la fábrica.

En el paso 7 tenemos que elegir el tipo de devanado. ¿Qué es el devanado? Yo no tenía ni idea hasta meterme a hacer la etiqueta. Viendo las opciones vemos claramente que es la colocación de la etiqueta en el rollo. En nuestro caso seleccionamos el devanado 8. Es la opción que también figura en el gráfico de los requerimientos de la máquina de etiquetado.

En el paso 9, seleccionamos la impresión a colores.

Y en el paso 10, seleccionamos el tipo de laca que queremos que le echen. La laca protege la impresión realizada. Por eso motivo es conveniente elegir una laca. En nuestro caso seleccionamos laca mate.

Una vez seleccionada la laca ya nos figura una tabla de precios por cantidades, empezando por la cantidad seleccionada, 2.000, y por plazo de entrega. Si lo queremos en 1 día laboral el precio será mayor que si lo recibimos en 5 días laborales. A nosotros nos valía con una semana y seleccionamos la última opción.

Al precio hay que añadirle el IVA. Si nos parece oportuno, el sistema nos muestra el resumen del pedido y la cantidad con el IVA incluido dentro de un botón para proceder a la compra.

Pago con Paypal y pienso que ya está todo hecho. Solo faltaría facilitarles el diseño para que las impriman. Recibo un correo electrónico para proceder a hacerlo. Al pinchar en el enlace, accedo a mi espacio personalizado y cuando intento subir la imagen no me deja enviarlo. Lo intento en múltiples ocasiones, de diferentes maneras y no hay manera. Pienso que es un error de la página o que pudiera ser un timo. Decido enviar un correo a la dirección de soporte de Zolemba que facilitaban con el pago en Paypal. Les mando el diseño de la etiqueta. Era domingo.

El lunes contactan conmigo por teléfono, estaba en una reunión, y posteriormente por email. Intento llamarles y no hay manera. Por la tarde vuelven a llamarme y una amable señorita me indica que han visto el correo y que van a proceder a hacer el diseño final, con marcas de agua, y que no van a cobrarme nada por esto.

Les advierto del error y me pide amablemente que les mande un correo para escalarlo a su equipo de desarrollo web. Así lo haré al día siguiente, con todo documentado. Como no he vuelto a hacer un pedido no se si lo han solucionado.

Esa misma tarde me mandan un correo con un enlace a la prueba definitiva para su aprobación a través de la web. Todo estaba correcto. Lo apruebo y a esperar.

Al cabo de 5 días recibo las etiquetas por transportista. El coste total de las 2.000 etiquetas asciende a 292,24 €.

Curiosamente cuando fui a presenciar la cocción de mi cerveza a la fábrica, me felicitaron porque era el primer cliente que el día de empezar a producir la cerveza tenía las etiquetas y chapas ya hechas. Además, comentaron aquello que me había comentado el hermano de mi amigo de que había problemas de abastecimiento. Se quedaron extrañados cuando yo les dije que lo hice con unos holandeses y que tardaron 5 días.

Han sido mucho los aprendizajes que he obtenido a la hora de hacer la etiqueta. Al igual que pasó con el maestro cervecero a la hora de hacer la cerveza, los contactos no sirvieron de mucho, productivamente hablando. Pero si es cierto que sirvieron para avivar la hoguera del deseo para tener mi propia cerveza. Todo el mundo que se cruza en tu camino, siempre te aporta algo, aunque parezca todo lo contrario.

sobre mí

Soy Txema Fernández, creador de Cervezoya, un experimento de emprendimiento en torno a una de mis pasiones, la cerveza. Me gusta compartir mis experiencias. Emprendiendo otros proyectos con los que ganarme la vida. Cervezoya es una afición.

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